Escáner de película
Escáner especialmente diseñado para escanear distintos formatos de película fotográfica analógica.
Este es un pequeño glosario de artes gráficas y materias relacionadas con ellas (óptica, periodismo, tipografía, etc…). Además de un listado alfabético y de un formulario de búsqueda, se incluye un índice temático por áreas grupos de interés (PDF, Óptica, Tipografía, Preimpresión, etc…). En la medida de lo posible, se indica el equivalente en inglés, francés, italiano, alemán, catalán y portugués del término descrito.
Gustavo Sánchez Muñoz (Gusgsm), 2025
Escáner especialmente diseñado para escanear distintos formatos de película fotográfica analógica.
En imprenta, cualquiera de las piezas con forma de cilindro que se usa en los aparatos de impresión para tareas como trasladar el papel dentro de la máquina, entintar las planchas, sujetar esas planchas, mojar el papel y otras similares o relacionadas. Son piezas fundamentales de la mayoría de los aparatos y suelen recibir denominaciones concretas (cilindro portaplanchas, portamantilla, de entintado, de impresión, etc.).
También se denominan rodillos.
En composición tipográfica, una línea de final de párrafo situada en cabeza de columna.
Es un error tipográfico que se considera muy grave y que debe evitarse a toda costa. Si no hubiera más remedio y el texto prosiguiera (es decir, no se tratara del último párrafo), se puede dejar la línea siempre que se llene el ancho de composición (lo que disimula el defecto).
Fenómeno por el que los puntos de una trama se perciben y reproducen como mayores de lo que se pretendía, lo que causa un oscurecimiento de lo reproducido.
Se puede controlar y se puede reducir, pero no se puede evitar, ya que es algo inherente a la reproducción con tramas. Por eso se debe tener en cuenta a la hora de preparar los materiales para su reproducción. La ganancia de punto es más intensa en los tonos medios y en las sombras (que pueden cegarse).
Las ganancias de punto varían según sea el sistema de impresión, el soporte y las tintas usadas, la forma de preparar las planchas, la humedad ambiente… En una misma máquina es distinta para cada color de cuatricromía y es especialmente intensa en los tonos medios.
Hay quienes distinguen entre ganancia de punto óptica y ganancia de punto mecánica. En cualquier caso, ambas van juntas y su efecto final es conjunto.
En algunos procesos de impresión (como la impresión offset de periódicos en papel prensa o la impresión de cartonajes con flexografía) la ganancia de punto puede llegar a ser de cerca del 30%. Esto quiere decir que las tramas del 50% de negro resultan al final ser del 80%.
Un fenómeno afín (por no decir que es una variante de ganancia de punto mecánica) es el "empastamiento" de los textos y filetes cuando son demasiado finos (y no se ha tenido en cuenta que las tintas siempre "rebosan" un poco y que el registro de planchas no es 100% perfecto).
Una ganancia de punto descontrolada y excesiva es un claro síntoma de un trabajo de mala calidad.
En estudio del color, un observador humano teórico cuya forma de percibir el color se corresponde con los datos estandarizados obtenidos por la CIE (un organismo internacional que estudia la luz). Un observador estándar representa el promedio de respuestas humana a los estímulos luminosos de distintas longitudes de onda en distintas combinaciones. Obviamente ningún ser humano concreto representa al observador estándar. A efectos formales, cada observador no es más que un conjunto de tablas de respuestas cromáticas conocidas como funciones de igualación del color, ya que son los resultados de la observación los que caracterizan y definen a un observador.
La CIE ha definido dos observadores estándares principales: Uno llamado de dos grados (correspondiente a mediciones hechas en 1931) y otro de 10 grados (correspondiente a una nueva toma de datos hecha en 1964). En ambos casos, los grados se refieren al ángulo del campo visual del que disponían los sujetos individuales reales durante la toma de datos.
La razón de elegir un ángulo de dos grados fue que así se restringía la observación al área de la retina correspondiente a la fóvea, que es donde se concentra la visión en color y se percibe con la máxima agudeza visual. En los años sesenta del siglo XX se vio que ampliar el ángulo de observación a 10 grados reflejaba mejor el campo visual humano efectivo, que era mayor de lo que se pensaba hasta entonces.
De ahí la creación de ese segundo observador en 1964, que se considera suplementario al original. Por eso, si no se especifica de cuál de los dos observadores se está hablando, se entiende que se trata del observador de dos grados (1931).