Ocre
Variantes del color marrón de tono mas bien claras y amarillentas o anaranjadas. Tradicionalmente los pigmentos de tonos ocres se fabricaban moliendo minerales con óxidos no férricos. El color siena tostado es una variante de ocre.
Este es un pequeño glosario de artes gráficas y materias relacionadas con ellas (óptica, periodismo, tipografía, etc…). Además de un listado alfabético y de un formulario de búsqueda, se incluye un índice temático por áreas grupos de interés (PDF, Óptica, Tipografía, Preimpresión, etc…). En la medida de lo posible, se indica el equivalente en inglés, francés, italiano, alemán, catalán y portugués del término descrito.
Gustavo Sánchez Muñoz (Gusgsm), 2025
Variantes del color marrón de tono mas bien claras y amarillentas o anaranjadas. Tradicionalmente los pigmentos de tonos ocres se fabricaban moliendo minerales con óxidos no férricos. El color siena tostado es una variante de ocre.
En tipografía, cualquier fuente que carece de serifas o patines.
Como sinónimo, también se usa el anglicismo sans. Ejemplos de fuentes sans son Helvetica, Univers o Folio.

En óptica, cuando un rayo de luz cambia de medio, el ángulo formado entre su línea de desplazamiento y la perpendicular del plano entre ambos medios.
El ángulo de refracción suele ser distinto al ángulo de incidencia. Por eso muchas veces la luz parece desviarse al entrar en un medio distinto.

Si el nuevo medio es más denso, el ángulo de refracción es siempre menor que el de incidencia. por el contrario, si el medio nuevo es menos denso, el ángulo de refracción es mayor que el de incidencia. Esta diferencia se puede calcular conociendo los índices de refracción de ambos medios.
Conjunto de reglas, etiquetas y parámetros que permiten componer textos para su impresión usando parámetros profesionales tipográficos como la definición de cuerpo, fuente, posición, etc. Un ejemplo es LaTeX.
Es un sinónimo de "lenguaje de descripción de página".
En colorimetría, cualquiera de tres colores espectrales que, combinados entre si en distintas proporciones, se usa para crear una sensación de color.
Al contrario de lo que se creía hasta entonces, los experimentos de Wright y Guild a finales de los años veinte del siglo XX, demostraron que no existen tres primarios reales que combinados puedan dar lugar a todos los colores perceptibles por ser humano medio.
Por eso, al desarrollar el primer modelo matemático que describe las sensaciones de color humana (un espacio de color llamado espacio de color CIE XYZ, de 1931), se usaron lo que se conocen como "primarios imaginarios", que son abstracciones matemáticas derivadas de datos reales y que sí permiten definir todas las sensaciones de color posibles.
Para desarrollarlos se usaron como base tres colores primarios espectrales con las longitudes de onda de 435,8 nm. (azul), 546,1 nm. (verde) y 700 nm. (rojo), que son tres primarios reales que, al combinarse, permiten una amplia creación de tonos perceptibles.
En sentido más general y menos específico, un primario es uno de los tres colores básicos que, combinados en distintas cantidades, se usan para formar otros tonos.
Conforme se siga un modelo de formación del color aditivo o sustractivo, se suelen usar tres primarios aditivos (rojo, verde y azul) o tres primarios sustractivos (Cian, Magenta y Amarillo).
Este conjunto de colores primarios opuestos se pueden distribuir a lo largo del espectro luminoso y, si éste se dibuja como si fuera un círculo cuyo comienzo y final se encuentra, se dibuja una rueda de colores en la que cada triada de primarios forma un triángulo, como se ve en la imagen superior.
Los colores que se forman de combinar dos primarios son colores secundarios. Por eso en la teoría de los colores, los colores primarios aditivos son los colores sustractivos secundarios y los colores primarios sustractivos son los secundarios aditivos (o sea: Que cada primario sustractivo tiene un oponente aditivo y viceversa).
En la tradición pictórica, los colores primarios son azul, rojo y amarillo. Esto se debe a que son los tres colores que con los pigmentos y colorantes más tradicionales —anteriores al descubrimiento de colorantes como el magenta— permiten una amplia formación de tonos nuevos, aunque haya que combinarlos con blanco y negro.