Gota
En tipografía, final de un carácter en una tipografía con serifas que termina en un remate redondeado y no en una serifa angulosa o biselada (el final de la a o de la f, por ejemplo).
También se llama "lágrima" y "lóbulo".
Este es un pequeño glosario de artes gráficas y materias relacionadas con ellas (óptica, periodismo, tipografía, etc…). Además de un listado alfabético y de un formulario de búsqueda, se incluye un índice temático por áreas grupos de interés (PDF, Óptica, Tipografía, Preimpresión, etc…). En la medida de lo posible, se indica el equivalente en inglés, francés, italiano, alemán, catalán y portugués del término descrito.
Gustavo Sánchez Muñoz (Gusgsm), 2025
En tipografía, final de un carácter en una tipografía con serifas que termina en un remate redondeado y no en una serifa angulosa o biselada (el final de la a o de la f, por ejemplo).
También se llama "lágrima" y "lóbulo".
En diseño de tipografía, variante completa del conjunto de caracteres de una fuente que tiene el eje vertical inclinado hacia la derecha (usualmente alrededor de 12º), que imita el resultado de escribir a mano (siendo por eso más curvada en sus rasgos que sus equivalentes 'regulares' o 'redondos').
Del mismo modo que el simple estrechamiento no convierte una fuente redonda en su condensada, las verdaderas cursivas no son simplemente una versión inclinada de la redonda, ya que sus rasgos deben haber sido diseñados compensando los grosores de los rasgos siguiendo el eje vertical inclinado y el eje vertical real de la redonda.
La clave para distinguir una verdadera cursiva de una falsa cursiva es que la letra a minúscula de las cursivas es siempre similar a la que se escribe a mano y nunca tiene el aspecto de gancho que tienen las de imprenta.
Los textos compuestos en cursiva suelen ocupar menos que sus equivalentes en redonda, aunque su uso principal es destacar algunas palabras dentro de los textos o distinguirlas por algún motivo (que sean neologismos o palabras extranjeras es el más usual). Cualquier tipografía creada para componer textos largos debe tener una variante cursiva (elegir una que no la tenga es un grave error de diseño).
Antiguamente, en imprenta también se llamaba a la cursiva "bastardilla". Otro sinónimo es "itálica".
En tipografía, cualquiera de las formas concretas que en una fuente se da a los símbolos individuales que la componen. En ese sentido, un glifo es una realización concreta de un carácter, de un número, de un símbolo decorativo o matemático, etc.
Por eso, en una misma fuente, un mismo carácter puede tener asignado más de un glifo, siendo cada uno de ellos una variante de dicho caracter. Esa es la diferencia entre carácter (entendido como cualquier símbolo de la comunicación escrita) y glifo.
Los programas actuales de Adobe como InDesign o Illustrator, u otros como QuarkXpress por ejemplo, cuentan con una paleta de Glifos para acceder a todas las variantes de los caracteres que componen las fuentes tipográficas disponibles.
Lo usual es que una fuente incluya sólo los glifos necesarios para la correcta escritura del idioma para el que se creo; por ejemplo, la "A" en la escritura latina contendrá glifos para mayúsculas, minúsculas y las correspondientes variantes acentuadas. Algunas fuentes contienen glifos alternativos con florituras añadidas para ciertas combinaciones con otros caracteres.

Dispositivo que se usaba en pintura antes de la aparición de la fotografía —de la que es en parte antecedente—. Se basa en el efecto de la difracción de la luz al obligarla a pasar por un orificio estrecho y redondo. Eso hace que lo que haya enfrente se proyecte invertido en la pared opuesta de la caja.
Cuando esa pared está formada por un cristal translúcido es posible calcar la imagen y trazarla para ayudarse en el dibujo.
Forma de medir la diferencia existente entre dos colores concretos (un valor delta, con la letra griega Δ, se usa en matemáticas para indicar una desviación o una diferencia de una medida).
En realidad lo que se está haciendo es indicar la distancia entre puntos en un espacio tridimensional (un espacio de color Lab) como la diferencia entre el valor que se debería obtener y el obtenido.
La medida ΔE (léase "delta E" o, más apropiadamente, "error delta" —puesto que eso es lo que finalmente representa—) se usa para especificar la diferencia mínima entre dos colores que el ojo humano medio es capaz de distinguir. En esa medida, uno de los colores es el color que se pretende conseguir y otra el color que se ha conseguido reproducir.

De ese modo, el valor ΔE se utiliza para saber cuánta desviación hay en un sistema de tratamiento del color en el que la fidelidad de su reproducción es esencial.
Se elige una tolerancia máxima (diferencia que se permite entre el color original y el reproducido) y a partir de ahí, el exceso se considera error. Cuanto menor sea el valor ΔE tolerado, más difícil será alcanzar el objetivo pero más fiel será la reproducción.
La medición para saber cuánto es un valor ΔE se hace con un espectrofotómetro y con diversos métodos de cálculo. No hay una única fórmula, las principales son las definidas por la CIE: CIELAB 1976, CIE 94 y CIEDE 2000. La primera es la más sencilla y la última la más compleja pero precisa.
Los valores de ΔE delta considerados admisibles son usualmente muy bajos: Entre 2 y 3,5 son valores ya perceptibles como colores distintos por el ojo no adiestrado.
Es importante recordar que el ojo percibe las diferencias de color mejor (antes, con un número más bajo) en unos tonos que en otros. Ese es el caso de los tonos de piel o rojizos y amarillentos, por ejemplo.