En tipografía, la parte de un carácter que imprime, que mancha. Este ojo puede ser igual o menor que el cuerpo (no tiene sentido que sea mayor). Por eso los caracteres de un mismo cuerpo de distintas fuentes pueden tener una apariencia mayor o menor, dependiendo del ojo que sus diseñadores hayan decidido darles.
Como el cuerpo de una fuente (el espacio asignado a cada caracter) debe tener en cuenta la forma y espacio de las mayusculas, ascendentes, descendentes y marcas diacríticas, la forma usual de juzgar si una fuente tiene un ojo menor o mayor que otra del mismo cuerpo es comparar lo que ocupa en ese espacio sus carácteres sin ascendentes, descendentes o diacríticos (por ejemplo, las letras "a" o "n").
Eso permite establecer comparaciones, pero no quiere decir que esos rasgos no formen parte del ojo de la letra.
También en tipografía, el ojo es cualquier zona cerrada de un carácter; por ejemplo: el interior de una "A" o de una "e".
Esas zonas son contraformas cerradas.