En administración del color, el propósito de conversión consistente en alterar todos los tonos del espacio de color de origen para adaptarlos proporcionalmente al espacio de color de destino. Eso hace que las relaciones entre tonos se mantengan mejor que si sólo se alterasen los tonos que estuvieran fuera de gama.
Se suele usar cuando el espacio de color de destino tiene un tamaño claramente menor que el espacio de origen. Eso permite mantener unas apariencias y respetar los detalles de intensidad en lo posible, ya que el ojo humano compensa con facilidad a las diferencias de contraste.
Este propósito suele reducir la saturación en general.