Inglés:  Contract proof
Francés:  Épreuve contractuelle
Italiano:  Prova colore contrattuale
Portugués:  Prova contratual

Prueba de color que sirve como base legal (es decir: Como contrato de facto) entre un cliente y un impresor para juzgar si el trabajo final se ajusta o no a la calidad acordada entre ambos. Para que haya esa validez se presupone que:

  1. Ambos acordaron algún tipo de prueba de color con una tolerancia de error predeterminada con respecto al resultado final.
  2. El cliente dio su aprobación a la prueba (usualmente firmando y poniendo algo del tipo "visto bueno"), lo que permite al impresor proceder a la impresión y acabado del producto.

La tolerancia de error es un punto clave de este tipo de pruebas y debe poderse medir (en el caso del color usualmente con valores límite ΔE), ya que superarla debería ser la diferencia entre un trabajo válido y otro que no lo es… y que podría tener que repetirse, normalmente en la etapa previa a la impresión aunque no sean raros los casos en los que las pruebas y la impresión se distancian demasiado.

Obviamente, criterios más estrictos suelen representar costes más elevados, aunque —comparando entre empresas— lo que representan es la diferencia entre trabajos mejores y más profesionales y otros más limitados.

En algunos casos y países, la prueba contractual final incluye de forma explícita especificaciones como el número de copias, las tintas o acabados especiales, el nombre del cliente y el método de entrega o recogida. Al firmarla y devolverla el cliente no sólo acepta la calidad sino también todos los otros detalles.