Impreso
Cualquier producto que se ha producido mediante impresión.
Este es un pequeño glosario de artes gráficas y materias relacionadas con ellas (óptica, periodismo, tipografía, etc…). Además de un listado alfabético y de un formulario de búsqueda, se incluye un índice temático por áreas grupos de interés (PDF, Óptica, Tipografía, Preimpresión, etc…). En la medida de lo posible, se indica el equivalente en inglés, francés, italiano, alemán, catalán y portugués del término descrito.
Aviso: Este glosario está en una actualización interna importante. Durante algún tiempo algunos enlaces podrían no funcionar adecuadamente. Gracias por la paciencia.
Gustavo Sánchez Muñoz (Gusgsm), 2025
Contenedor hecho de papel doblado que se utiliza para proteger documentos en su interior. Hay muchos tipos y formatos de sobres pero la mayoría están estandarizados (como es el caso de las series ISO C).
Las siglas de Printer Command Language (Idioma de ördenes de Impresora). Un Lenguaje de descripción de página para impresión desarrollado por la firma Hewlett-Packard para sus impresoras a comienzo de los años ochenta como competencia frente a PostScript.
En español bajo este término se entienden dos conceptos históricamente muy distintos:
Concepto según el cual un usuario puede realizar por si mismo en su ordenador personal todas las tareas del proceso creativo impreso, desde la escritura del original a su encuadernación, pasando por la composición, maquetación, impresión y encuadernación. Aunque obviamente se refiere a documentos de distribución reducida, la autoedición fue un gran salto cualitativo ya que permitió prescindir de una serie de empresas y profesionales que hasta entonces eran imprescindibles si se quería obtener un resultado similar.
El concepto de autoedición nació hacia 1985 con la aparición del programa PageMaker de la empresa Aldus acompañado del lenguaje de descripción de página PostScript, de Adobe, y de los ordenadores personales Macintosh de la empresa Apple que, con sus impresoras láser Apple Laserwriter, formaban un conjunto de maquinaria y programación capaces de llevar a cabo la tarea.
La progresiva propagación de equipos y programas más avanzados y potentes cambiaron poco a poco el modelo productivo de artes gráficas en pocos años. Los ordenadores y programas de autoedición sustituyeron en las empresas de artes gráficas a soluciones profesionales anteriores menos flexibles y, sobre todo, con menor relación inversión/productividad. Esa sustitución no bastó para salvar el sector de preimpresión dedicado a esas tareas, que en buena parte desapareció al volverse innecesario o quedar relegado a trabajos de calidad de alto valor añadido, que no bastaron para sostenerlas económicamente.
El éxito de la autoedición dentro de los ámbitos profesionales del diseño y las artes gráficas terminó con el uso del término autoedición del mismo modo que nadie habla de automóviles con motor de combustión interna: Todos son de combustión interna y todos los programas son de autoedición.
La idea de autopublicación, de que un autor puede prescindir de una empresa editorial y realizar el proceso de publicación de su obra escrita por si mismo —incluyendo el proceso de autoedición descrito más arriba—.
Este concepto es muy antiguo: Los autores que no encontraban una editorial seria que frontase el riesgo de editarlos, por el motivo que fuese, realizaban la tarea por si mismos: Contactaban con una imprenta, supervisaban la composición y corrección de los textos y pagaban directamente el coste de todas las tareas.
La moderna autopublicación va un paso más allá gracias a los avances tecnológicos y a los cambios sociales aparejados. Los antiguos canales de publicación se sustituyen por redes sociales electrónicas y tiendas virtuales. Las obras se pueden imprimir a demanda o distribuirse sólo en forma de libros digitales. La cadena de distribución se reduce y los materiales involucrados son menos y más baratos. Los costes e ingresos de venta por unidad se reducen. Esta reducción vuelve a representar la necesaria desaparición de profesiones y empresas involucradas hasta entonces.
En fotografía y captura de imágenes en general, la operación de identificar el punto blanco de la escena que se va a tomar para que los colores sean naturales y se correspondan con la adaptación cromática de neutralización de tonos que el ojo humano hace en situaciones con distintas temperaturas de color.
En fotografía digital, el equilibrio de blancos consiste usualmente en decirle al aparato qué tono debe considerar "blanco" en una escena para que adapte todos los otros tonos en consecuencia. Se suele hacer usando automatismos (eqilibro automático de blancos), valores predeterminados de temperatura de color (lúz de mediodía, interiores, día nublado, etc.), mediante valores numéricos (3.000 K, 5.000 K, 6.500 K…) o disparando contra algo (un papel vacío, por ejemplo) e indicándole a la cámara que eso es blanco.
En fotografía analógica esa adaptación sólo se podía hacer usando películas fabricadas al efecto (llamadas película de luz de día o de interiores), mediante filtros y usando iluminación controlada.
Aunque es posible corregir las imágenes tomadas con una identificación equivocada del punto blanco, es obviamente mejor partir de una identificación correcta. El uso del formato digital RAW permite más libertad en este sentido.
A esta operación se la llama muchas veces con el anglicismo balance de blancos (de white balance).