Constancia del color
Característica de la visión humana por la que no percibimos cambios en los colores de los objetos aunque cambien las condiciones de iluminación. Dicho de otro modo, los colores se siguen percibiendo iguales, como si el color fuera una propiedad constante e invariable de los objetos —de hecho, esa es uno de los primeras ideas que hay que desaprender cuando se empieza a estudiar el color de forma científica—.
Este fenómeno de estabilización de la percepción demuestra que la percepción visual es un fenónemo adaptativo psicofísico y no sólamente físico, ya que si la percepción del color dependiera sólamente de la longitud de onda de la iluminación, por ejemplo, percibiriamos los colores como algo cambiante —lo que le ocurre a la mayoría de las máquinas, que no son capaces de adaptarse como sí hacemos los humanos.
Esta adaptación, común a otros sentidos, es una ventaja evolutiva, ya que nos permite considerar los objetos como algo constante independientemente de las circunstancias y ello, a su vez, nos ayuda a modelar la percepción del mundo.
Debido a este fenómeno, la mayoría de las superficies de color parecen mantener la apariencia cromática que tendrían bajo lo que sería la luz del día (daylight), incluso bajo condiciones luminosas muy diferentes a dicho tipo de iluminación.
Lo más sorprendente es que la distribución espectral de las luces puede variar extremadamente según cuál sea la fuente de luz y, sin embargo, la percepción del color como algo constante no varía demasiado. Sin embargo, el fenómeno de la constancia del color no se da en todos los casos, ya que las superficies no conservan su apariencia de estar bajo una 'iluminación diurna' si se hallan bajo algunos tipos de luces fluorescentes o bajo radicaciones monocromáticas.
De hecho, algunas superficies parecen cambiar claramente de aspecto según la fuente de luz bajo la que se hallen. De ese tipo de objetos, se dice que carecen de constancia del color.
No hay que confundir este fenómeno de carencia de constancia del color con el llamado metamerismo, ya que éste otro es un fenómeno que implica al menos un par de muestras de color distintas.