Luz rebotada
En fotografía, la luz que llega a un objeto reflejada por los objetos que lo rodean.
Por extensión, iluminar un objeto de forma indirecta, "rebotando" la luz en otros objetos (por ejemplo, un flash rebotado).
Este es un pequeño glosario de artes gráficas y materias relacionadas con ellas (óptica, periodismo, tipografía, etc…). Además de un listado alfabético y de un formulario de búsqueda, se incluye un índice temático por áreas grupos de interés (PDF, Óptica, Tipografía, Preimpresión, etc…). En la medida de lo posible, se indica el equivalente en inglés, francés, italiano, alemán, catalán y portugués del término descrito.
Aviso: Este glosario está en una actualización interna importante. Durante algún tiempo algunos enlaces podrían no funcionar adecuadamente. Gracias por la paciencia.
Gustavo Sánchez Muñoz (Gusgsm), 2025
En fotografía, la luz que llega a un objeto reflejada por los objetos que lo rodean.
Por extensión, iluminar un objeto de forma indirecta, "rebotando" la luz en otros objetos (por ejemplo, un flash rebotado).
En tipografía, componer los textos sin alinear por uno o ambos márgenes. Es decir: los comienzos o finales de líneas no están igualados verticalmente (lo que en composición se llama "justificar").
La bandera puede ser de entrada, de salida o centrada. Además, en un cuarto tipo de bandera la composición se puede hacer forzando la desigualdad de todas las líneas. No es una composición usual ni de fácil lectura pero es bastante eficaz en algunos casos para llamar la atención.
No se recomienda usar la banderas de entrada o al centro para textos largos, ya que su legibilidad es baja.
En colorimetría, la temperatura de color es una forma simplificada de medir la tonalidad dominante de una fuente de luz que se percibe como blanca. La temperatura de color es un número que se expresa en Kelvin —una escala para medir la temperatura de uso corriente en los ámbitos científicos—.
Del mismo modo que un metal calentado se pone de color rojo, números de temperatura de color relativamente bajos indican luces rojizas, mientras que números más altos expresan iluminaciones con un tono blanco azulado. Así, una bombilla incandescente tradicional puede tener una temperatura de color de unos 3.000, mientras que las luces azuladas apropiadas para algunos acuarios pueden fácilmente tener unos 10.000 K.
Los números de la temperatura de color indican la temperatura en Kelvin que debe alcanzar lo que se conoce como un cuerpo negro para emitir una radiación luminosa que coincida con esa cifra. Eso quiere decir, por ejemplo, que ese cuerpo calentado a una temperatura de 6.500 K emitirá una luz de una tonalidad blanco azulada similar a la iluminación del sol a mediodía en el hemisferio norte. Por eso, decimos que ese tono de blanco azulado tiene una temperatura de color de 6.500 K.
Por extensión, en fotografía analógica, la temperatura de color indica la tonalidad —más cálida o más fría— de la luz blanca ideal que se debe usar para tomar una fotografía con una película.
Así, una película pensada para fotografías de interior tiene una temperatura de color de 3.200 K, porque esa es la temperatura media de una iluminación en interior con bombillas tradicionales. Si se usa así, las escenas aparecerán correctamente iluminadas, pero si se usan en exteriores, las escenas parecerán muy azuladas. Por el contrario, si se fotografía una escena de interior con una película de exteriores, las fotografías aparecerán amarillentas.
En fotografía digital, se usa el llamado ajuste o equilibrio de blancos para determinar cuál es la temperatura de color de la escena y ajustar la sensibilidad de los sensores adecuadamente. Si no se hace, es fácil que ocurra lo mismo que describíamos más arriba.
A pesar de su apariencia, describir fuentes de luz con una temperatura de color es un procedimiento no demasiado preciso, ya que varias fuentes con una misma temperatura de color pueden tener una distribución espectral muy distinta y por tanto tener efectos distintos sobre lo que iluminan. Eso es especialmente cierto en el caso de tubos fluorescentes o LED, que tienen una composición espectral distinta a las lámparas incandescentes.
Por eso, actualmente en la descripción de fuentes de iluminación también se usa el llamado índice de reproducción cromática (CRI) y no sólo la temperatura de color.
En fotografía analógica (no digital), el aparato de cuarto oscuro o laboratorio usado para producir copias positivas en papel a partir de los negativos o de las diapositivas. El nombre viene de que las copias siempre son más grandes que los negativos o positivos en película.
El número de puntos de semitono que hay en una unidad de medida lineal, usualmente pulgadas o centímetros. Así, hablamos de lineaturas de 150 líneas por pulgada (150 lpi —del inglés lines per inch— o 150 lpp) y 60 líneas por centímetro (60 lpc), por ejemplo.
En imprenta, al imprimir con tramas de semitonos ordenadas (es decir: tramas no estocásticas), hablar de lineatura es la forma (la mejor, de hecho) de medir la resolución de la impresión. A mayor lineatura, más puntos de semitono por unidad; 150 lpp indica una impresión con mayor resolución que 60 lpp.
El primer parámetro del que depende la lineatura es la resolución de la filmadora o grabadora de planchas en puntos de impresión (que no son puntos de semitono). Este valor de resolución se relaciona directamente con el número de niveles de tono por cada plancha: A mayor número de niveles de tono que queremos alcanzar, menos resolución podra tener la lineatura.
la explicación es que cada punto de semitono necesita reservar un número de puntos de impresión para poder variar su tamaño.
Por ejemplo: Tenemos una filmadora con 2.400 puntos de impresión por pulgada. Si queremos tener 256 niveles teóricos de variación de tono por cada punto de semitono, tenemos que reservar celdas de 16 puntos de impresión por cada punto de semitono (el resultado serán menos niveles por las limitaciones en las formas de punto, pero ese es otro asunto).
Eso quiere decir que, dividiendo 2.400 puntos por 16, el resultado es 150, que es la lineatura que podemos reproducir con ese aparato en esas condiciones.
Las tecnologías digitales modernas aplican el concepto de supercelda al construir los puntos de semitono para superar estas limitaciones en lo posible.
Pero, además, la lineatura no es un valor que se pueda escoger sin pagar un precio. No todos los soportes (papel) y tipos de impresión admiten lineaturas altas. Fenómenos como una ganancia de punto elevada, el control de calidad, etc. limitan las lineaturas disponibles.
Sin embargo, una lineatura baja no es necesariamente mala. Muchas veces impresiones poco nítidas y faltas de contraste, sucias, se deben al uso de lineaturas demasiado altas. Con otras más bajas, el impreso hubiera quedado más limpio y contrastado.
En tramas estocásticas el concepto de lineatura no es aplicable en este sentido (no existe forma del punto) pero la relación entre tamaño de celda reservado, niveles de tono posibles y resolución del dispositivo se mantiene.
La lineatura se puede medir con aparatos de precisión o, de forma aproximada, con una especie de regla llamada lineómetro. La medida de la lineatura en centímetros es más usual en Europa.