Herramienta de pintura en forma de lápiz que pinta expulsando un pequeño spray con pintura regulable, como si fuera una pequeña pistola de pintura.
El aerógrafo, inventado a comienzos del siglo XX, es una herramienta de gran dificultad técnica que requiere mucha práctica y paciencia, pero que a cambio ofrece resultados muy vistosos. En ilustración en dos dimensiones para imprenta ha sido casi completamente sustituido por las herramientas de dibujo digital como Adobe Photoshop o Corel Painter, que ofrecen todas sus ventajas sin sus inconvenientes.
Objeto para escribir formado por un depósito de tinta con una bola metálica en la punta. Al apoyar la punta, la tinta en contacto con la bola pasa en pequeñas cantidades al papel.
Inglés: Gripper edgeFrancés: Prise en pince, Prise de pinces, Marge de pinces, blanc de priseItaliano: Margine della pinza di presaAlemán: GreiferrandPortugués: Margem de pinça
En imprenta, el borde del papel en el que la prensa o máquina de imprimir pone las pinzas y otros sistemas de agarre para desplazarlo y manipularlo por su interior. Suele ser el lado por el que el papel entra en la máquina.
También se usa esta expresión para denominar la zona de la plancha (usualmente en litografía offset) por el que ésta se asegura al cilindroportaplanchas.
En ambos casos, es una zona que se considera no imprimible.
Herramienta de grabadoartístico formada por una barra semicurvada de metal con un extremo de metal duro con sección en forma de "V" o similar y otro con un mango amplio y corto de madera donde se sitúa la palma de la mano.
Se usa para realizar hendiduras y surcos en las planchas de grabado artístico en relieve.
Soporte vertical con una zona horizontal que se usa para sujetar cuadros en posición horizontal a la altura de un ser humano. Al facilitar su acceso, los caballetes se usan para pintar o restaurar los cuadros.
Los caballetes portátiles suelen ser trípodes, pero los más resistentes son armazones verticales. Tradicionalmente se hacían de madera, pero los más ligeros y portátiles se hacen de otros materiales.
Cuando esta superficie es grande y tiene forma de mesa, se llama "mesa de luz", cuando es pequeña y razonablemente portátil se llama "caja de luz". Las cajas de luz tradicionales se llaman así porque tienen forma de caja cerrada, con tubos fluorescentes en su interior distribuidos de modo uniforme. Encima llevan una plancha de material plástico blanco translúcido y un cristal sobre el que se colocan los originales para su examen.
En artes gráficas, el doble proceso de ajustar un aparato para que funcione de forma equilibrada y óptima —calibración propiamente dicha— y, a la vez, obtener una descripción de este funcionamiento que sea utilizable para su relación con otros dispositivos en el tratamiento de los materiales —caracterización del dispositivo—.
Hasta la aparición de la moderna administración del color, con su creación y uso de perfiles de color, la calibración de los aparatos de artes gráficas sólo abarcaba realmente el primer proceso: La calibración propiamente dicha. Los aparatos se limpiaban, requilibraban y ajustaban para que su comportamiento fuese el mejor posible, no contuviera desviaciones indeseadas y correspondiera, en lo posible, a unos estándares esperados; por ejemplo: se incluían tiras con distintas densidades de trama en los fotolitos y éstas se medían con densitómetros. Si los resultados obtenidos no se correspondían con lo esperado, se reajustaban los componentes hasta que los valores esperados y obtenidos eran suficientemente cercanos.
En este sentido, el proceso de calibración es y será imprescindible porque en un proceso productivo es necesario que las máquinas mantengan siempre un comportamiento constante, esperado y conocido y es inevitable que el comportamiento de las máquinas se altere poco a poco: Los reveladores se consumen, los láseres se desequilibran, los fósforos de las pantallas se gastan... Si hicieramos un símil con un instrumento musical, la calibración es la afinación del instrumento: Hacer que un do sostenido sea un do sostenido y, si la cuerda se ha destensado, corregirlo.
La segunda parte del proceso, la caracterización suele hacerse a la vez que la calibración y por eso muchas veces no se distingue entre ambas, pero son dos procesos distintos. Una vez calibrado el dispositivo, la caracterización es el proceso de crear un perfil de color que describe su comportamiento de una forma estandarizada que otros aparatos pueden entender a través de los programas informáticos adecuados. Realmente la caracterización no aparece hasta que surge la moderna administración del color.
Dado que la caracterización es la descripción de cómo entiende el color un aparato, describirlo sin reajustarlo suele tener poco sentido, aunque es perfectamente posible. A veces, cuando no es posible calibrar un aparato, lo único que podemos hacer es caracterizarlo hasta que vemos que el resultado es demasiado limitado y sólo queda eliminar el dispositivo.
Estandarización frente a optimización: a veces no interesa calibrar un aparato para que funcione de una forma óptima, sino que es mejor calibrarlo alterando su comportamiento lo necesario para que responda al comportamiento descrito por un perfil de color estandarizado internacionalmente conocido. En esos casos, la calibración se ajusta para que responda a una caraterización, no al revés. Ese es un caso muy habitual en rotativas que se atienen a una norma ISO: En vez de obtener el resultado óptimo en cada caso, se sacrifica ese extra en favor de la estandarización y la posibilidad de que todos los trabajos que entreguen los clientes se atengan a ese estándar.
Aparato de precisión que sirve para medir la respuesta colorimétrica de muestras de color y convertirlas en valores triestímulos digitalizados.
A diferencia de los espectrofotómetros, los colorímetros son más sencillos y baratos de fabricar. Además su comportamiento, aunque mucho más limitado, los hace especialmente adecuados para la calibración y construcción de perfiles de color de dispositivos emisores de luz como las pantallas o monitores.