Saturación
La saturación se relaciona con la cantidad de distintas longitudes de onda que componen una fuente luminosa. Una luz o sensación de color tendrán menos será menos saturación cuantos menos componentes igualados de colores primarios tenga. A mayor cantidad de longitudes de onda que puedan actuar como tres colores primarios para el ojo humano, menos saturación tendrá ese color.

De este modo, una luz compuesta sólo por una mezcla igualada de longitudes de onda óptimas para nuestros tres tipos de conos se percibirá como blanco o gris (dependiendo de la intensidad). Por el contrario, si de esa misma luz se quitan las longitudes de onda óptimas para el azul, la luz se percibirá como un amarillo muy saturado (mezcla de luz roja y verde en la sintesis aditiva).
Cuantas más longitudes de onda componen una luz, más probabilidades hay de que sea un color menos saturado (ya que es más probable que haya más longitudes de onda que actúen como tres primarios igualados). Por el contrario, cuantas menos longitudes de onda compongan una luz, más fácil es que se trate de un color saturado.
Es importante tener en cuenta que, a igual composición espectral, se percibirá como más saturada aquella que tenga mayor intensidad, ya que la cantidad de energía luminosa influye sobre la saturación percibida.
En algunas descripciones colorimétricas, como el espacio de color CIELCH, la saturación y la cromaticidad son sinónimos.